miércoles, 2 de marzo de 2016

Cómo era la familia del chico acusado de matar a su madre y a su padrastro



LA PLATA.- Sus vecinos los definieron como unos "acumuladores de basura". El hombre llegaba los viernes y se iba los domingos. Hacía ocho años que la relación con la mujer era así, de fin de semana.


Y este fue el último: el viernes, los vecinos escucharon unos tiros. Después nada. Y ayer a la noche encontraron los cadáveres. Mientras la policía entraba a la casa y descubría los cuerpos, el chico de 16 años, según el relato de una vecina, se quedó "jugando a la play".

"Eran raros", insisten los vecinos. El hombre, Gastón Pineda, tenía 32 años y trabajaba como camionero. Cada fin de semana visitaba a Romina Paladino, su pareja, de 34. Según Marta, la vecina de al lado, "él venía los viernes y andaba para todos lados con el chico", refiriéndose al hijo de la mujer, el chico que está detenido.

Del menor, acusado de matar a su mamá y a su padrastro, dicen que es "introspectivo y poco comunicativo". Aunque también dicen que cuando la policía recorría la casa, él les decía a los vecinos que se había ido el sábado: "Me fui con mi novia, me fui de joda", aseguraba.

"La vida de ella era puertas para adentro", contó la vecina sobre Romina Paladino. "Hacía ocho meses que había dejado su trabajo y se había convertido en una "acumuladora"". Su trabajo, entonces, consistía en recolectar cartones de los supermercados para luego venderlos.

Hoy a la tarde, la policía científica volvió a inspeccionar el lugar, y encontró cuatro armas de fuego: una pistola 45, un fusil, un pistolón y un revólver. Y cerca de las tres de la tarde, el fiscal de menores de Berazategui, Federico Weinstein, le tomaba declaración a la novia del chico, y le hacían pericias psicológicas y psiquiátricas al menor.

El viernes se escuchó una pelea. Una vecina sintió cómo gritaba el adolescente. Piensa, ahora, que estaban discutiendo. Después vinieron los tiros. Pero no hicieron ninguna denuncia, porque ese sonido es habitual en la zona.

Durante los cuatro días que convivió con los cadáveres, el chico de 16 años pidió comida a domicilio y hasta recibió a su novia, quien, aparentemente, no vio los cuerpos. Su novio había tomado la precaución de cubrirlos con mantas. Y el olor podía ser por la basura que la familia solía tener adentro de la casa.

La novia dijo a la policía que estuvo la tarde del lunes en la casa, aunque advirtió no haber visto los cuerpos. Cuando le preguntó al joven por el olor, él le habría dicho que era por el perro.

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