La ola de violencia comenzó el sábado a la madrugada. Un muchacho de 28 años murió en un presunto ajuste de cuentas. Recibió un disparo en el tórax y murió cuando estaba siendo trasladado al hospital de la zona.
El domingo a la tarde, en otro caso, dos bandas se enfrentaron a tiros en barrio Las Flores. La disputa entre los grupos terminó con un muerto y un herido de gravedad.
Por la noche, en el sur de la ciudad y en una persecución de película, un ladrón de 26 años murió tras tirotearse con la Policía. Todo había comenzado con el robo de un auto. Mientras era perseguido por patrulleros, el asaltante perdió el control y chocó contra un camión recolector de residuos.
Pero no se rindió: se subió a ese vehículo para continuar con la fuga. Sin embargo, minutos después fue nuevamente interceptado, se volvió a enfrentar con los agentes y falleció al recibir un disparo.
Ayer, en tanto, se produjeron dos nuevos crímenes. El primero se registró a la madrugada, cuando la Policía encontró a un hombre sin vida con un disparo en el tórax en Empalme Graneros. Ayer investigaban cuál había sido el móvil, aunque todo parecía indicar que no se trató de un hecho de inseguridad.
Por la tarde mataron de dos disparos a un ciudadano colombiano de 24 años en barrio La Lagunita. La víctima se dedicaba a hacer cobranzas por venta de muebles. Vivía a 30 cuadras del lugar del crimen. La Policía arrestó a un adolescente de 17 años por su presunta vinculación con el hecho, que podría estar ligado a un ajuste de cuentas.
El año pasado, en este misma fecha, eran 222 los homicidios registrados en Rosario, 11 más que ahora. Aunque la estadística se había “estancado” en septiembre, octubre y los primeros días de noviembre, ahora parece volver a crecer con una nueva seguidilla.w
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