Con cierta periodicidad fuerzas de seguridad realizan controles en Zapata, la localidad que está entre San Rafael y Mendoza o en otros puntos de la ruta 7. En esas ocasiones los pasajeros de los colectivos interceptados deben esperar largo tiempo que se despejen las dudas sobre algunos “portadores de rostro”.
Lejos de cuestionar el control del narcotráfico, si es que en esa figura se encuadran las acciones de las fuerzas de seguridad, exponemos una de tantas situaciones que ocurren cuando colectivos repletos de pasajeros son detenidos a la vera de la ruta 7.
De pronto el colectivo se detiene y suben los efectivos, a veces acompañados por un perro, recorren lentamente el pasillo y se detienen, vaya a saber por qué razón, frente a algún pasajero que no es cualquiera.
Muy probablemente sea de tez oscura, ropa de segunda o de cuarta, pero también puede ser del otro extremo: cabello largo con rastas, pantalones anchos y coloridos, mochila… Ellos son los buscados, los hacen descender y comienza una larga "charla", que los que quedaron arriba no escuchan, pero suponen…
Esa “charla” tiene un tiempo para su inicio, pero nunca se sabe cuándo puede terminar, para inquietud del increpado, pero también para el resto del pasaje. A todo esto, el chofer del colectivo, si es verano o invierno, ya apagó el motor y según sea la época, los que están sentados empiezan a tiritar o a transpirar, (seguramente también los que fueron bajados).
Si hay niños alguno comienza a llorar, otro inquieto a corretear por el pasillo, algunos aprovechan para ir al baño (lo que en verano es un ingrediente especial para la situación). Mientras, sigue la espera.
Finalmente y cuando pasaron 30, 45 minutos los desharrapados suben y logran que más de tres docenas de ojos se posen en ellos tratando de “saber” qué pasó: “¿habrán encontrado lo que buscaban?”.
Con suerte, el operativo da resultado “positivo” y los efectivos logran detener a alguien que llevaba un cigarro armado con “de la buena”.
Sin suerte, los cigarros solo tenían algo de Mariposa o Richmond y el operativo es un chasco, lo que ocurre con mucha más frecuencia que lo anterior.
También con suerte, aquellos que viajaban para subir a un avión o tomar otro colectivo llegan a tiempo a la terminal y pueden abordarlos.
Ejemplos sobran, pero este miércoles se produjo un "operativo" de estos con ese resultado: un chasco.
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