Luciano y Romina son amigos, y se encontraban en la casa del primero, en el living, charlando cuando escucharon una explosión que venía de la calle. Cuando salieron, dos jóvenes huían a toda carrera con una mochila que habían robado del auto de Romina, luego de reventar una de las ventanillas.
"Tuve que salir corriendo -relató Luciano a Diario San Rafael-, cuando los vi que iban por la esquina salí atrás, y así fuimos como cuatro cuadras, porque ya me han robado en mi casa". Pero al llegar a la esquina de Perito Moreno y Adolfo Calle, desde una camioneta le pidieron que suba para ayudarlo.
Es que una policía de franco, que iba en su camioneta, fue parte de la detención. "Casi los atropello en la esquina" cuenta Verónica, la agente en cuestión. "Me di cuenta en seguida que eran ladrones, y justo veo que viene un hombre corriendo, persiguiéndolos y gritando que lo habían robado". Entonces le pidió que se suba a la camioneta y los corrieron en el vehículo.
"El hijo de la policía me abrió la puerta y me gritó que subiera", agregó Luciano. "Y ahí arrancó y a la cuadra los alcanzamos". La oficial detuvo la marcha y se bajó con su arma reglamentaria y les dio la voz de alto.
Los dos ladrones fueron aprehendidos. Uno se encontraba ayer detenido en la Comisaría 32, y el otro en la del menor por cuestiones de edad. Pero ambos serán procesados por el hecho.
Luciano continúa agregando que su amiga se asustó muchísimo. Romina entró en una crisis de llanto frente al hecho, aunque solo fue la rotura de un vidrio del auto y el robo de una mochila que contenía cosas de la facultad, ya que es estudiante. Luciano señala que "no tuve miedo, en ningún momento, porque me da mucha bronca, ya fui víctima de robo en mi casa, sé lo que es y me enoja mucho", y concluye señalando que "igual, fue con suerte esta vez".
Verónica, la mujer policía que decidió intervenir a pesar de que iba con su hijo, que es pequeño, señaló que le resulta imposible permanecer indiferente ante estas cosas. Que por más que muchos le preguntaron para qué se arriesgó, está cansada de que estas cosas pasen, y decidió actuar con el compromiso que su función impone.
Un robo, de los tantos que ocurren, que tuvo el desenlace que corresponde. Ahora la justicia deberá determinar que sucede con los ladrones, como pagan su deuda con la sociedad.
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