Tras la persecución a un delincuente, que desembocó en el allanamiento a una vivienda usurpada del barrio Güemes, se produjo un enfrentamiento entre algunos vecinos y las fuerzas policiales. Debió intervenir el cuerpo de Infantería con cincuenta agentes y hubo tres efectivos heridos.
Una grave serie de incidentes revolucionaron la mañana del miércoles en el barrio Villa Laredo, donde un delincuente le sustrajo el arma a un policía de la UMAR durante un procedimiento que empezó como un control de rutina.
Según informó el jefe de la fuerza, Hugo Lucero, pasadas las 10 de la mañana los uniformados de Cuerpos Especiales pretendieron determinar la procedencia de una moto sobre calle Adolfo Calle en la que se desplazaban dos personas con actitud sospechosa. Al ejecutar la requisa, los individuos escaparon y fueron interceptados nuevamente en la esquina de Esquiú y Palau, detrás del barrio Villa Laredo, en un asentamiento.
La acción policial fue advertida por otros vecinos, quienes decidieron "colaborar" con los individuos. Fue en ese momento que el auxiliar Juan Álvarez (UMAR) recibió un ladrillazo en la cabeza. Eso fue aprovechado por uno de los delincuentes, que le sustrajo la pistola reglamentaria. Durante el escape el caco que portaba la pistola 9 milímetros disparó en dos ocasiones contra quienes lo seguían.
El primer proyectil salió, pero afortunadamente no impacto en ningún integrante del grupo que lo perseguía. Cuando accionó por segunda vez el gatillo, la bala se trabó y no fue expulsada. "Disparó a tres metros de un policía. Por suerte la bala no salió", indicó Lucero.
La cinematográfica carrera terminó en la propiedad del ladrón del arma, que es una vivienda usurpada, donde intentó guarecerse. Sin embargo, bajo orden del juez Pablo Peñasco, los uniformados irrumpieron en la casa, aprehendieron al delincuente y recuperaron el arma robada, que pasó a disposición de Policía Científica para las correspondientes pericias.
A todo esto, no menos de cincuenta policías se desplazaron a la esquina de Palau y Esquiú. Mientras buscaban a los delincuentes fue cuando comenzaron los graves incidentes con algunos vecinos. Piedras y todo tipo de elementos contundentes cayeron sobre los efectivos y móviles.
Hasta un perro Pitbull fue soltado para que atacara a los policías, pero terminó abalanzándose contra otro can al que dejó al borde de la muerte.
Al menos una decena de mujeres, con piedras en sus manos, pretendieron alejar a los policías. La situación se calmó tras la intervención de Infantería, cuyos efectivos debieron recurrir al uso de balas anti tumulto para sosegar a quienes protagonizaban las agresiones.
Quién es el detenido
El detenido por el robo del arma del auxiliar de la Unidad Motorista de Acción Rápida es de apellido Leguizamón, de 24 años, y tendría antecedentes penales. Se desplazaba, antes de iniciarse los violentos incidentes, en una moto robada.
Tras su aprehensión fue trasladado a la Comisaría 32, donde quedó imputado por "Lesiones y Resistencia a la Autoridad", aunque no se descarta se agrave su situación procesal por los disparos que efectuó hacia personal policial. La causa quedó a cargo del juez Pablo Peñasco.
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