jueves, 28 de enero de 2016

Apresaron a un policía que llevaba cocaína y marihuana en su auto Control de Gendarmería.

Iba junto a otro hombre que también fue preso. Tiene una carpeta con varios apercibimientos y se inició el proceso para expulsarlo de la fuerza.


 
El suboficial Fernando R. estaba con carpeta médica y fue detenido en Valparaíso y Garay la noche del lunes. (Leonardo Vincenti)Fernando Andrés R. es un agente policial santafesino de 36 años con una foja de servicios que aparece como conflictiva.

Con 17 apercibimientos, dos de ellos graves, el policía se ganó un espacio en las crónicas el mediodía del martes 26 de marzo de 2013 cuando en medio de un oscuro procedimiento desplegado en Sarmiento y Córdoba detuvo al periodista de LT8 y Radio Universidad Diego Fiori cuando éste intervino en defensa de un vendedor ambulante.

Aquella intervención de Fernando R. le costó la cabeza a la cúpula de la comisaría 2ª, aunque el uniformado no formara parte de la dotación de esa seccional. Ayer a la madrugada el mismo hombre volvió a ser noticia.
Fue apresado en un operativo rutinario de Gendarmería Nacional en Valparaíso y Garay, en el barrio Avellaneda Oeste, cuando se descubrió que en su auto llevaba varias bochas de cocaína y marihuana. Junto a él fue detenida otra persona, de 42 años, y ambos quedaron a disposición del fiscal federal en turno Santiago Marquevich.

"Una vez finalizado el procedimiento, Gendarmería Nacional activó el aviso a Asuntos Internos de la policía provincial porque habían detenido una persona de civil que dijo ser miembro de la fuerza policial.

El efectivo fue apresado en flagrancia, con drogas en su poder y fraccionada, por lo que suponemos que era evidente que iba a comercializarla.

Ante esa evidencia, se comenzó inmediatamente el trabajo conjunto con Asuntos Internos para la inmediata destitución del agente y considero que, en el término de tres o cuatro meses, será expulsado de la fuerza", explicó David Reinero, secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad de la provincia.

Sin medias tintas. "Esto es una realidad. A los que hacen mal las cosas en las fuerzas hay que sacarlos rápidamente. La decisión es sacar de la institución a estos delincuentes con uniformes", concluyó el funcionario.

Y comentó que Fernando R. estuvo con carpeta médica los últimos seis meses y su reincorporación a las filas dependía de los exámenes de Medicina Legal. El secretario provincial indicó finalmente que durante 2015 hubo 189 efectivos desplazados de la policía por distintas causas sobre un total de 24 mil integrantes.
"Instruí para que se inicie el trámite de destitución del agente policial (en uso de licencia médica) detenido con drogas", indicó a su turno el Ministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro, en una serie de mensajes en su cuenta de Twitter.

"La decisión es sacar de la fuerza a los que deshonran su labor. El pase a disponibilidad hubiera implicado seguir cobrando parte del salario pero el Estado no va a financiar a los delincuentes. No hay espacio para los delincuentes dentro de la policía de Santa Fe.

Que nadie sienta que es impune por portar un uniforme. La decisión de instruir la destitución del agente detenido se corresponde con la decisión de separar la paja del trigo dentro de la fuerza", indicó. Un barrio pesado.

En los últimos meses las calles del barrio Avellaneda Oeste, villa La Boca, villa Banana y San Francisquito viven en estado de violencia callejera. Una parte de esa historia los vecinos se la atribuyen a "La banda de Pandu", conocida a partir del asesinato de Javier Barquilla, ocurrido el 2 de febrero de 2015.

Y otros conocen la zona por la venta de droga, que del lado de Avellaneda Oeste y villa La Boca es un negocio que supuestamente maneja Raquel, una mujer a la que los vecinos sindican como la principal vendedora de estupefacientes.

Incluso, el barrio estuvo convulsionado la semana que pasó porque hubo dos asesinatos. El de Nicolás Mamani, de 17 años, cometido el martes a la noche en Manantiales al 3100 y en el que se menciona como autor al apodado "Muqueño".

Y el de Brian Nicolás Rafar, de 22 años, perpetrado el jueves al filo de la medianoche en Rio de Janeiro y Gaboto, un homicidio que aún está en investigación. La versión oficial de los hechos suministrada por la fuerza federal fue escueta.

"Para obtener mayor información debe requerirla al área de prensa del Ministerio de Seguridad de la Nación", explicó amablemente una fuente de Gendarmería. Así, lo sucedido con el policía Fernando R. se pudo reconstruir a partir del relato de los voceros provinciales.

Con varias bochas. Ellos sostuvieron que a pocas cuadras de las escenas de los crímenes mencionados, ayer a la 1.30 un operativo de Gendarmería Nacional detuvo un auto con dos ocupantes. Al solicitarle la documentación al conductor del vehículo el hombre se identificó como empleado de la policía santafesina. En el mismo rodado viajaba Santiago Antonio L., de 42 años como acompañante.

Al revisar el vehículo los agentes federales hallaron un número indeterminado de bochas de cocaína y marihuana. Tanto el agente R. como Santiago L., de quien se dijo que es reconocido en el mundo de la venta de drogas, fueron remitidos al Destacamento 2 de Gendarmería Nacional y quedaron a disposición del fiscal federal Marquevich.

El día en que ordenó detener a un periodista El 26 de marzo de 2013, a las 12.30, el periodista Diego Fiori caminaba por peatonal Córdoba en dirección a uno de sus trabajos cuando fue testigo del “accionar completamente irracional” de un policía que, en compañía de agentes de la GUM, la emprendió contra un puestero que ofrecía a la venta sus productos sobre la calle.

En ese marco, el productor de La Ocho, Radio Universidad y Canal 5 contó aquel día que “le estaba pegando fiero (la cabeza contra una pared) y le grité para que lo soltara. No le dije nada ofensivo, pero vino un policía para disponer mi detención sin ningún tipo de argumento”.   

“Al de remera roja hay que llevarlo”, fue la orden del agente  Fernando R., tras lo cual el efectivo sujetó al periodista del brazo a pesar de ser advertido por otro periodista que pasaba por allí de que Fiori es trabajador de prensa y que “estaban cometiendo un error”.

Diego terminó en la seccional 2ª, encerrado en el mismo calabozo que el vendedor durante unas tres horas durante las cuales lo despojaron de su ropa y le retuvieron sus efectos personales.

Finalmente, tras la intervención del Sindicato de Prensa Rosario, Fiori recuperó la libertad aunque le labraron un acta bajo sospecha de “interferir en el accionar policial”.


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