El fuerte viento colaboró para extender el fuego, esparció cartones encendidos por todas partes y facilitó que en cuestiones de minutos otros sectores del establecimiento industrial se vieran afectados.
“Era una cosa de locos, volaban cartones por arriba del techo pero también teníamos que atajarlo para que no llegara al edificio y mucho menos al depósito porque si se agarraba ahí con la cantidad de bolsas de azúcar y latas guardadas que hay no lo parábamos más”, comentó Enrique Gutiérrez, uno de los empleados más antiguos de la empresa Río Salado.
Una dotación de Bomberos de Alvear con la colaboración de la autobomba y personal del Plan Provincial de Manejo del Fuego más el apoyo hídrico de la Municipalidad trabajaron intensamente para sofocar el siniestro que comenzó alrededor de la una de la tarde en la conservera que está en calle LL en la zona de La Marzolina en General Alvear.
“A eso de las 12.15 nos fuimos a la casa a comer y a la una nos llamaron de vuelta”, contó Enrique. "En principio se ordenó el desplazamiento por un incendio de maleza y enseguida nos informaron que se estaba cruzando a la fábrica por eso pedimos ayuda a las otras dependencias", comentó Claudio Esquivel jefe de Bomberos de Alvear
“No puede ser que prendan fuego y más con este viento”, dijo uno de los empleados mientras cargaba un balde de agua.Se quemó un secadero familiar El incendio en la conservera Río Salado no fue el único desastre del día, en Bowen en calle 19 y Ñ una familia perdió un escadero por el fuego. En este caso si se comprobó que fue accidental.
Una braza que voló por la chimenea de una estufa a leña alcanzó unos palos y el viento hizo el resto, esparció esa pequeña llama a unas cortinas de totora y no paró más. Los bomberos actuaron con rapidez para evitar que la vivienda fuera afectada por el fuego pero fue imposible salvar la playa que la familia Álvarez tenía delante de la propiedad para secar fruta.
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