Lo que comenzó como un robo de cajas de vino a una bodega en Alvear desencadenó una verdadera guerra entre policías y delincuentes.
Piedras y balas de goma llovieron de un lado al otro y por momentos los enfrentamientos fueron casi cuerpo a cuerpo. Por más de dos horas la calle Circunvalación y el barrio Soemga fue un área restringida: era zona de combate.
El saldo fue 13 efectivos lesionados de los cuales cuatro fueron trasladados al hospital Enfermeros Argentinos y uno de ellos pasó directamente al quirófano por la gravedad de la herida en el rostro.
Una botella le partió la protección del casco y los vidrios le estallaron en la cara provocándole varios y profundos cortes.
Pasadas las doce de la noche, aun continuaban interviniendo al oficial. Cuando la primera incursión resultó fallida por la abrumadora superioridad numérica de los malvivientes, la mayoría del personal de las dependencias de Alvear se alistó para ir a la batalla junta a refuerzos que llegaron de San Rafael bajo el mando del comisario Hugo Lucero, titular de la distrital Sur.
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