Pero en diciembre ya había habido chispazos, tras un informe del ente de control que denunciaba, enormes debilidades en los puestos fronterizos para detectar el narcotráfico.
Se sabe que el sur provincial cuenta con varios pasos de distintas prestaciones, como Las Leñas, Planchón Vergara, Pehuenche y otros. Distintas delegaciones o personas afectas al turismo aventura cruzan en bicicletas, motos, caminando o a caballo, como actividades planificadas y con los permisos necesarios, pero la pregunta que siembre sobrevoló es si, a partir de estas posibilidades, los cruces no podrían ser también utilizados por el narcotráfico.
Las respuestas, ante la consulta de nuestro diario, fueron claras y tranquilizadoras. Desde fuentes judiciales dejaron en claro que el narcotráfico siempre prefiere pasos colapsados por sobre aquellos que casi no se utilizan, y en consecuencia los puestos de control pueden controlar con el tiempo necesario.
La inmensa mayoría de los procedimientos en nuestra provincia se han hecho en Libertadores, donde entre cientos de vehículos y camiones cruzando es imposible una revisión tan minuciosa.
El mismo resultado arrojó la consulta con personal de Gendarmería Nacional. El narcotráfico es un negocio, y como tal buscan velocidad y magnitud, cosas que no ofrecen los pasos pequeños. No sería negocio la magnitud que puede llevar un ciclista o alguien con una mochila, invirtiendo días en cruzar por una zona inhóspita.
Hay 154 puestos en pasos fronterizos limítrofes terrestres y fluviales, pero el 91,90 por ciento del flujo se da en solo 20. Otros 23 son de mediano tránsito con un 7,60% del total de los movimientos. Entre ambas categorías totalizan el 99,50% del tránsito fronterizo.
En este contexto, más que preocuparse por los usos ilegales en los pequeños pasos del sur provincial, está claro que la lucha contra el narcotráfico debe centrarse en otros cruces, y así lo demuestra el historial de procedimientos de nuestra provincia.
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