jueves, 23 de octubre de 2014

Crudo testimonio: “Hoy son ellos o nosotros, así está planteada la situación”

Lo dijo un comerciante de Las Heras que en la madrugada se debatió con dos delincuentes para resguardar la vida de su hermana y de sus sobrinas.



La inseguridad ha alcanzado un nivel de agotamiento y resignación en las víctimas, aunque algunos, los más fríos o arriesgados, ya se animan a combatirla cara a cara, arriesgando su vida un poco más allá de lo que significa un asalto.

Esta historia la puede contar en primera persona Diego Fernando Dalecio (43), un comerciante de El Algarrobal, Las Heras, que en la madrugada se debatió con dos delincuentes para resguardar la vida de su hermana y de sus sobrinas. Hubo disparos, forcejeos y un ladrón con un tiro que luego quedó detenido.

El episodio se desató pasadas las cuatro de la mañana en calle Aristóbulo del Valle, la zona más transitada de El Algarrobal, a unos 500 metros de la comisaría de este distrito.

En su vivienda se encontraba descansando Julieta Dalecio (39) y sus dos hijas, una adolescente y otra más pequeña. La mujer sintió ruidos en la terraza de su casa, por lo que se percató de que se trataría de un robo y rápidamente le avisó a Diego, su hermano, quien vive al lado.

“Me fui a ver qué pasaba, iba con la honda y con un revólver. Los fondos de nuestras casas dan al Club El Algarrobal y siempre anda gente por ahí, estamos cansados de que se paseen por los techos, por eso uno siempre está preparado”, contó Diego.

Justamente, el hombre aprovechó la conexión de los techos y por allí pasó a la casa de su hermana. En ese momento lo visualizó un malviviente que decidió dispararle en dos oportunidades, aunque afortunadamente sin puntería. Quien sí acertó es Diego, que ante el ataque del ladrón respondió y con su revólver calibre 32 largo le pegó un tiro en la pierna al delincuente. “Me gritó ‘hijo de puta, me la diste’”, dijo. Herida, igual esta persona logró escapar.

Como si esta secuencia no hubiera sido demasiado, todavía faltaba vivir otro momento de suma tensión. Diego Dalecio se encontró cara a cara con el otro ladrón y comenzó una lucha cuerpo a cuerpo. “Él me tiró ropa en la cabeza para que yo no pudiera ver.

Igual nos trenzamos y forcejeamos, hasta que el tipo se subió al techo y se fue”, explicó la víctima. Antes de huir, este individuo hizo sobresaltar a los vecinos, ya que cayó en un patio sobre un auto. De todas maneras, logró su cometido y escapó.

Los malvivientes entraron por el techo de la casa de Julieta. Llegaron a la habitación de una de sus hijas y de allí sacaron una cámara de fotos digital y algunas joyas. “Gracias a Dios anoche (por ayer) mi sobrina se había ido a dormir con la madre.

Si ella hubiera estado ahí, las cosas podrían haber sido peor”, expresó Diego, quien concluyó diciendo “hoy son ellos o nosotros, así está planteada la situación. Hay que estar enfrente de un tipo que te quiere matar”. El arma que utilizó está a su nombre y con el permiso correspondiente de posesión.

Al hospital y a la comisaría

A las pocas horas del asalto, el ladrón baleado por Dalecio llegó hasta el Hospital Carrillo de Las Heras para ser atendido. Sostuvo que lo habían atacado en un barrio cercano, aunque después la policía confirmó que había participado en el robo y tiroteo de El Algarrobal. Luego de recibir la atención médica y las curaciones, quedó detenido.


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