Las víctimas son pasajeros y choferes del Grupo 4. Bandas de chicos abordan una unidad y arrasan con los objetos de valor que encuentran. Pasajeros que escuchan música en sus celulares, las principales víctimas del "robo piraña". (Los Andes)
La tranquilidad de regresar a casa luego de una ardua jornada laboral escuchando música en el celular para mitigar el cansancio y el estrés puede verse interrumpida violentamente si se hace en algunas líneas de micros.
Sucede que choferes y pasajeros del Grupo 4 denuncian que ha proliferado la modalidad de “robo piraña”. Grupos de adolescentes y niños abordan una unidad y arrebatan cuanto objeto de valor encuentran a su alcance para luego escapar en la siguiente parada.
Esta modalidad de robo nació hace años es países como Brasil, donde grupos de jovencitos detenían a un transeúnte o automovilista y, en cuestión de segundos, lo despojaban de sus pertenencias, amparados en el poder del grupo. En Mendoza el “robo piraña” parece haber encontrado su propio estilo y se ha subido a los colectivos.
Generalmente el “robo piraña” es violento e incluye golpizas a las víctimas. Según la organización “Defendamos Buenos Aires”, el año pasado se recibieron unas 6.000 denuncias por robos de esta naturaleza en la Capital Federal. En la gran ciudad porteña la variante se da en bares y confiterías, donde aprovechan la distensión de los clientes para dar el golpe.
La modalidad también se caracteriza por la velocidad y la impunidad con que actúan sus partícipes. El ataque se asemeja al de los voraces peces de los ríos amazónicos, conocidos por su insaciable y agresivo apetito.
“Es algo cotidiano. Son adolescentes, generalmente son grupos de 3 o 4 pero a veces son más. Cuando son más es peor porque se alientan unos con otros. Se suben de prepo y si uno les dice que no, igual no se bajan. Incluso a veces pagan, se sientan y antes de bajarse arrebatan lo que encuentran a mano”, explicó a Los Andes Carlos Bressan del control del Grupo 4.
Según el trabajador de la empresa “Autotransportes El Trapiche”, las líneas más afectadas por estos robos son la 41 y la 45 que se dirigen a los barrios La Estanzuela y Foecyt, aunque “pasa en la mayoría de las líneas”, según Bressan.
Incluso se han registrado en las últimas semanas en inmediaciones de la plaza departamental de Godoy Cruz y en cercanías de una conocida cadena internacional de comida rápida ubicada en el mismo departamento sobre calle San Martín.
“El robo se da al margen de los insultos y las cochinadas que hacen, como escupir. Eso sin contar los vidrios rotos. Los choferes hacen las denuncias pero nadie hace nada.
La policía tarda en llegar y, cuando llega, (los delincuentes) ya se han bajado. Entiendo que no alcanzan los policías para que viajen uno arriba de cada micro pero igual nadie hace nada”, esgrimió desilusionado Bressan.
“El hecho de no manejar dinero ha ayudado porque no me quiero imaginar si tuviéramos boleto... Sería peor”, agregó el trabajador con resignación e impotencia.
El gerente técnico de la Asociación Unida de Transportes del Automotor de Mendoza (Autam), Oscar Razquin, admitió la problemática, aunque aseguró que, por el momento, se reduce sólo al Grupo 4. “Estos robos han comenzado hace relativamente poco, es una nueva modalidad”, aseguró Razquin a este diario.
Y agregó: “Los lugares donde se producen varían pero los fines de semana es cuando más problemas tenemos, agravados por el alcoholismo y se da hasta el secuestro de unidades por los barrabravas”.
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