Los padres de alumnos que concurren al Colegio Numen, en el barrio porteño de Flores, conocen de cerca la problemática de los "trapitos", que mantienen copados los alrededores del establecimiento educativo en el ingreso o salida de los chicos, cobrando montos que van de los 20 a los 40 pesos por supuestamente proteger los autos. La situación se repite en más de 500 colegios de Capital Federal y el Conurbano, y la justicia viene recibiendo un promedio de 70 denuncias mensuales, aunque el accionar delictivo de estas bandas continúa con absoluta impunidad.
"En la zona del Colegio Numen los trapitos incluso tienen unas credenciales que les sirven para legitimar el ilícito. El establecimiento está ubicado en la calle Terrero, entre Rivadavia y Yerbal, y estas personas nos cobran a los padres de los alumnos para permitirnos dejar los autos hasta en doble fila mientras esperan que salgan o entren los chicos", dijo uno de los padres afectados, en diálogo con Diario Popular.
En torno a la problemática, la organización Defendamos Buenos Aires, que viene denunciando esta situación, realizó un relevamiento en establecimientos educativos de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, estableciendo que más de 500 colegios fueron copados por trapitos que recaudan de lunes a viernes cifras más que importantes.
El padre denunciante contó que "los trapitos tienen credenciales que supuestamente legitiman el ilícito, y hay que decir que todo esto ocurre a metros de un efectivo de la comisaría 38, ubicada en Bonorino 258, que vigila los negocios de la avenida Rivadavia pero no ve que a veinte metros están estos muchachos, generalmente borrachos o drogados".
El abogado Javier Miglino, titular de Defendamos Buenos Aires, manifestó que "esta situación se replica en las inmediaciones de hogares de día, donde se congrega una nutrida cantidad de trapitos que ante la ausencia policial y la total y absoluta impunidad judicial, logran un botín diario mediante la utilización de amenazas y extorsión".
"Terminó la época en que la mafia de los trapitos se congregaba algunos fines de semana en Palermo, Belgrano o Nuñez. O en la previa de recitales o de un clásico River-Boca o un partido de la Selección Nacional . Ahora estos delincuentes operan de lunes a lunes", dijo Miglino.
El especialista comentó que "estas mafias se apropian de los lugares para estacionar una hora antes del horario escolar, ya sea de entrada aproximadamente a las 8 como a la salida a las 12, 13 o 17. En ese momento y aprovechando el estrés y la preocupación de los padres (en realidad más de un 90 por ciento son mamás) para exigir dinero por estacionar en la cuadra donde está la entrada de la escuela".
En el relevamiento, se indicó que las bandas de trapitos 'colegiales' operan en escuelas ubicadas en los barrios de Almagro, Belgrano, Núñez, Flores, Caballito y Recoleta, pero también en Olivos, Vicente López, San Isidro, Banfield, Quilmes y San Justo. "Hemos denunciado estas actividades a Esteban Bullrich el ministro de Educación porteño y a Nora De Lucía, la homóloga de educación de la Provincia de Buenos Aires, y ambos nos han confirmado que ellos no pueden hacer nada", cerró Miglino
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