lunes, 13 de octubre de 2014

Los calabozos de castigo de la cárcel son inhumanos

El juez de Ejecución Penal de Mendoza hizo lugar a un recurso de hábeas corpus y resolvió el cierre de las celdas de aislamiento hasta tanto sean modificadas las condiciones degradantes de esas dependencias. Los castigados llegan a permanecer hasta cinco días con una salida diaria de una hora.

 
El Juez de Ejecución Penal de la Provincia, Sebastián Sarmiento, hizo lugar a un habeas corpus correctivo y resolvió la clausura de los calabozos de aislamiento de la Cárcel de San Rafael, hasta tanto se modifiquen las condiciones indignas de tales dependencias.

La acción fue presentada el 28 de setiembre por la abogada Mariela Herrera, miembro de la APDH filial San Rafael e integrante de dicha ONG, ante el Comité local para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes,  creado por ley provincial N° 8.264.

En los fundamentos de la acción judicial se destacan lo degradante de la condición humana de las mencionadas celdas, reconociendo los hechos alegados por la dirigente del organismo humanitario.

"Por más que sean delincuentes y que deban cumplir con la sociedad por los crímenes que cometieron, no es posible que cuando cometen un acto de indisciplina los hacinen en celdas sin agua, con una letrina tapada, sin luz y todo colapsado", manifestó la letrada a Diario San Rafael.

El problema es que en esas celdas están aislados durante 23 horas, salen sólo una para ir a un patio interno pequeño, lleno de basura e inmundicias, "pasan a esa instancia tras un sanción administrativa o por indisciplina contra un agente penitenciario, y pueden llegar a estar allí entre 4 o 5 días".

Agregó que son celdas secas donde pueden vivir hasta 4 personas pero sólo hay 2 camastros, es decir, "dos duermen en el suelo, hay una letrina que es un pozo al costado de la celda, y yo misma he visto botellas con orina porque se acumula pues la letrina está tapada".

El Juez de Ejecución Penal tomó la medida tras comprobar estas condiciones infrahumanas en la que viven algunos internos que tiene la prisión. "El magistrado ingresó a uno de los calabozos y estableció que todo era peor a lo que yo le había descripto, y a partir de ahí dictó el hábeas corpus y decidió que los presos en esas condiciones fueran trasladados a otro sector del penal hasta tanto se haga lo que él pidió", detalló la abogada.

En ese sentido, Sarmiento ordenó, entre otras cosas, que los convictos tengan educación, luz eléctrica, garantizar que haya agua corriente en cada celda, y también "que los internos no tengan que bañarse con un caño colocado en el patio donde todos los demás los miran, estableciendo que se garantice el aseo y que sea un lugar donde no estén expuestos a las miradas de otros internos".

Con respecto a la condena social de los internos, especialmente cuando recrudece una situación de inseguridad en el departamento, la abogada es consciente que la reacción de la gente puede ser negativa.

Al respecto, aclaró que "hace poco salió publicado que los presos cobran un sueldo y no es así, lo desmiento totalmente", y explica que acá sólo hay un pequeño taller de carpintería. Argumentó que "parte de la inseguridad es también una de las pautas que influyen en este tema, que es la reeducación del delincuente; si no les damos un oficio o educación, el día de mañana seguirán siendo lo que eran antes de ingresar".

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