lunes, 4 de agosto de 2014

Buscan a un gitano por los autos robados en Córdoba y vendidos en Alvear

El hombre tiene dos pedidos de captura anteriores por estafa con automotores. El integrante de la comunidad gitana sería quien se encargaba de ingresar los vehículos al departamento y el dueño de una chacharita los revendía.



La división Investigaciones local comenzó a desentrañar los misterios de una red delictiva que se dedica al robo y la venta de vehículos y une Córdoba con General Alvear.

El común denominador es un integrante de la comunidad gitana. El hombre, que ya tiene dos pedidos de captura sobre su espalda por estafas anteriores, es el que ubicó los automotores en una compraventa local, que dista mucho de contar con las habilitaciones comerciales correspondientes.

Hasta el momento son tres los autos que secuestró la policía y tienen pistas firmes sobre un cuarto vehículo que también es de dudosa procedencia.

La punta del iceberg surgió el miércoles pasado durante un operativo de rutina en las inmediaciones del barrio Isla Gorostiague. Cuando el personal de Lucha Contra el Narcotráfico intentó que detuviera la marcha un VW Polo, el conductor los evadió y se dio a la fuga a toda velocidad.

Tras una persecución por las calles de Alvear, lograron dar con un joven de 19 años antes de que ingresara a una casa de familia. Si bien no le hallaron ninguna sustancia prohibida, a los policías no les cerraba el hecho de que el joven haya escapado y cuando indagaron un poco más, saltó el pedido de secuestro del auto que manejaba, emitido en Córdoba.

A partir de ese momento, la unidad investigativa entró en acción y comenzaron a unir las piezas. El vendedor del VW Polo era el hijo del propietario de una chacharita en las inmediaciones del barrio, que a su vez tiene una compraventa y el proveedor era el gitano buscado por distintas causas por la Justicia.

De la investigación surgió el dato de otros tres autos más y el viernes por la tarde dieron con dos de ellos: una Van Kia robada en abril de este año y un Renault Laguna sustraído en mayo pasado, ambos en la capital cordobesa. En estos casos como vendedor figuraba el dueño de la chacarita.

El mecanismo fue el mismo: el gitano los proveía y en la compraventa los ofrecían al público. El atractivo que llevaba a los compradores a cerrar el trato era el precio, que estaba por debajo de los valores de mercado.

La causa quedó en manos del juez Néstor Murcia, titular del Cuarto Juzgado de Instrucción alvearense y se espera que en los próximos días puedan concretarse otras medidas.

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