José Daniel Narambuena (46) deberá pasar 18 años en la cárcel local al ser hallado responsable del crimen de Luis Zobarzo, el hombre de 78 años golpeado brutalmente el año pasado durante un robo en su casa de Malargüe y que murió después de una agonía de tres días.
Este lunes a la tarde, la Primera Cámara del Crimen de San Rafael lo encontró culpable del delito de “homicidio en ocasión de robo agravado por la intervención de menores de 18 años” y le aplicó esa pena de prisión.
Complementariamente los jueces declararon la responsabilidad penal de Martín Rodrigo Rivero (18) por el delito de “robo en poblado y en banda” al considerar que no tuvo participación en el homicidio.
También decidieron diferir un año la aplicación de la pena para evaluar su conducta durante ese plazo. Es que al momento del hecho el joven tenía 17 años y se lo juzgó bajo las condiciones que estable la legislación para este caso.
En ese marco, durante los próximos doce meses continuará sometido a lo que se denomina “medidas tutelares” bajo control del Juzgado Penal de Menores local y, una vez cumplido el plazo, se decidirá si se le aplica la pena por ese delito o si se lo exceptúa, lo que dependerá de que mantenga la buena conducta. Actualmente está en libertad y trabaja
Los jueces Rodolfo Luque, Ariel Hernández y Julio Bittar prácticamente hicieron lugar a los planteos realizados en su alegato por el fiscal Norberto Jamsech, excepto en la pena de Narambuena, para quien había solicitado 22 años de prisión.
En el caso también estuvo involucrado un chico de 15 años, pero por su edad es inimputable y no puede ser sometido a juicio.
Violencia injustificable
Don Lucho, como era conocida la víctima, fue atacado por tres personas en la madrugada del 6 de agosto de 2013 mientras dormía en su casa de El Salitral 2358 de Malargüe.
Los atacantes buscaban un dinero que Zobarzo no tenía y literalmente lo torturaron para que dijera lo que ellos querían escuchar.
El anciano, que vivía solo y era querido por sus vecinos, sufrió fuertes golpes, quebraduras de huesos y lesiones en el cuello que evidenciaron un intento de ahorcamiento.
Según se concluyó, fue golpeado “con crueldad en forma desmesurada y reiteradamente” y luego abandonado en el piso de su dormitorio. Luis ni siquiera pudo defenderse, según se confirmó con la necropsia.
Finalmente los agresores sólo se llevaron una garrafa con pantalla, una radio con CD y varios pares de calzados.
Luis fue llevado al hospital de Malargüe y de ahí derivado a la Clínica Ciudad de San Rafael, donde permaneció internado en grave estado hasta el 9 de agosto de ese año a las 9.30, cuando lamentablemente falleció.
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